Christine Lagarde dice que es pronto para que Europa retire los apoyos que reactivan la economía

Foto: AFP.

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, dijo el jueves que era "demasiado pronto" para reducir el apoyo monetario por las consecuencias de la pandemia, pese a que la recuperación económica está cobrando fuerza.

El BCE mantuvo los tipos de interés en mínimos históricos y no hizo ningún ajuste en su plan de compra de bonos de emergencia por valor de 1.85 billones de euros (2.2 billones de dólares), cuyo objetivo es mantener bajos los costes de los préstamos para estimular el gasto y la inversión.

La exministra francesa de Finanzas dijo que sería "demasiado pronto y prematuro" endurecer la política monetaria y afirmó que hay consolidar el repunte.

Mantener abierto el grifo del dinero barato "sigue siendo esencial para reducir la incertidumbre y reforzar la confianza" durante la pandemia, dijo a los periodistas.

Las perspectivas para la zona económica de 19 países han mejorado considerablemente gracias a la vacunación y al auge de la demanda, a medida que reabren las empresas.

"Esperamos que la actividad económica se acelere en el segundo semestre de este año", dijo Lagarde.

El repunte del gasto, la fuerte demanda mundial y el estímulo fiscal y monetario "darán un apoyo crucial a la recuperación", añadió.

Pero advirtió que la recuperación económica sigue siendo frágil y depende en gran medida de cómo evolucione la pandemia.

En sus previsiones actualizadas del jueves, el BCE dijo que espera ahora que la economía de la eurozona crezca un 4.6% este año, frente al 4.0% anterior.

Inflación al alza

El optimismo sobre la recuperación económica se complica sin embargo por el repunte de la inflación, un problema al que se enfrentan los bancos centrales de todo el mundo.

Lagarde reiteró que el aumento de los precios al consumo en la eurozona probablemente sea temporal, y que las perspectivas a largo plazo de la inflación siguen siendo moderadas.

La inflación de la eurozona alcanzó el 2.0% en mayo, su nivel más alto en casi tres años, superando el objetivo del BCE de que esté "cerca, pero por debajo" del 2.0 por ciento.

El aumento se ha visto impulsado por la subida de los precios del petróleo y por factores temporales, como la escasez de materias primas y la demanda.

La inflación subyacente, que excluye la energía y otros elementos volátiles, sigue siendo débil.

Las nuevas proyecciones del BCE el jueves elevaron las previsiones de inflación para 2021 del 1.5% al 1,.9 por ciento.

En los dos años siguiente, el banco espera que la inflación retroceda, situándose en 1.5 % y 1.4% respectivamente.

Estados Unidos se enfrenta a una situación similar y crece la preocupación de que la Reserva Federal pueda verse obligada a reducir o "disminuir" su plan de compra de bonos, o a elevar los tipos de interés antes de lo previsto.

La inflación en Estados Unidos se disparó hasta el 5.0% en mayo, según datos publicados durante la conferencia de prensa de Lagarde.

Sin embargo la responsable del BCE dijo que, aunque la institución está "atenta a la situación mundial", la eurozona se encuentra en un momento diferente de la recuperación que Estados Unidos.

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