LuisDiazLunaEl plan de Joe Biden que tiene como fin un alza impositiva a los ricos y a las grandes compañías ha causado preocupación no sólo en la clase empresarial y en el sector de ciudadanos que tienen más dinero, también los expertos en temas fiscales ya están alzando la voz sobre las consecuencias que eventualmente podría traer un alza tributaria.
El American Families Plan propone una gran erogación de carácter social, que se pagaría con el alza a la tasa impositiva sobre las ganancias de capital que irían del 20% al 39.6%. Además, se propone elevar la tasa máxima de ingresos individuales al 39.6% y se busca cerrar la laguna legal que reduce el impuesto sobre la riqueza heredada. Todo esto afectaría a quienes tienen más ingresos.
De acuerdo con un estudio de la Tax Foundation los cambios impositivos recortarían el Producto Interno Bruto en un 0.4% a largo plazo. La institución asegura que se generarían $661 mil millones en nuevos ingresos durante la próxima década, pero eso se compensaría con los $998 mil millones propuestos en créditos fiscales ampliados.
Tax Foundation señala que los cambios fiscales reducirían los ingresos en $337 mil millones sobre una base convencional, sin tener en cuenta el nuevo dinero recaudado al tomar medidas enérgicas contra quienes pagan menos impuestos al hacer usos de algunos recursos para tal efecto. Según, la Tax Foundation la deuda del país ronda los 30 billones el gasto público durante la pandemia de coronavirus.
De acuerdo con un reporte de Fox News, en general, el plan de gasto que proyecta el presidente Joe Biden le costaría a la economía estadounidenses un estimado de 64,000 empleos de tiempo completo y haría que los salarios se redujeran en aproximadamente un 0.4%.
Ante tal escenario ya hay un cúmulo rechazo sobre lo que eventualmente podría ocurrir en todo Estados Unidos, es así que la propuesta del plan de impuestos y gasto que propone el presidente Biden como parte de su agenda de reconstrucción económica, ya enfrenta discrepancias en el Congreso entre demócratas y republicanos.
Incluso, hay miembros demócratas que piden que se haga un ajuste a la propuesta del presidente. Por tal razón, han sugerido que $4 billones de dólares destinados a nuevos gastos se supriman, además han cuestionado si los aumentos de impuestos propuestos podrían dañar la economía justo cuando se está recuperando de la pandemia.
Pese a las visibles diferencias el diálogo entre la Casa Blanca y los republicanos ha seguido adelante. El presidente Biden ha insistido en que no cederá en lo referente a las alzas de impuestos a los más ricos, pero sí está dispuestos a revisar el porcentaje de la tasa que eventualmente se fijará. A finales de semana, los informes periodísticas aseveraban que el tema relacionado con el Plan de Infraestructura está proyectado para resolverse a más tardar en julio.
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